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El sistema escolar en Japón por dentro

  • Foto del escritor: María Vadela
    María Vadela
  • 1 dic 2024
  • 8 Min. de lectura


En el momento en el que decidí hacer semejante esfuerzo de venir de Argentina a Japón, supe que un tema clave re contra importante era el de la escuela de las nenas.


Como Bere y Naty están en 2° y 1° grado respectivamente, no hace mucho que tienen la experiencia de la escuela primaria en Argentina y recién estaban empezando a adaptarse a ese ambiente. Por lo que si bien sabía que iba a ser un cambio positivo porque iban a tener una experiencia increíble, tenía que tener en cuenta que la escuela en Japón no iba a ser fácil por el idioma y la disciplina del lugar, y que les podía generar quizás una idea de inestabilidad que no me gustaba mucho.


Por suerte, desde el principio la gente del laburo se puso este tema MUY al hombro y tomaron cartas en el asunto para que las nenas sufrieran lo menos posible este proceso.


Hoy les voy a contar cómo hicimos para que se adapten a la escuela en este país y voy a tirar la data que tengo disponible hasta ahora sobre el sistema escolar en Japón.


Para empezar: el ciclo escolar en Japón va de Abril a Marzo con 3 períodos de vacaciones: verano (julio/agosto), invierno (diciembre/enero, para las fiestas) y primavera (marzo). Es decir, no existen las vacaciones largas de 2 o 3 meses como en Argentina, sino que los niños van todo el año de corrido a la escuela excepto por algunas pocas semanas.


Kotoba no Kyoshitsu - superando las barreras del idioma


Una de las primeras experiencias para quienes llegamos a Japón con niños pequeños es el kotoba no kyoshitsu, el aula especial de idioma japonés. Es una clase 100% dedicada a niños extranjeros donde las maestras se encargan de iniciarlos en el idioma y en la cultura de la vida escolar. Se desarrolla solo en algunas escuelas de cada distrito y por lo general, la misma municipalidad te recomienda empezar por acá.


El sistema consiste en asistir a una escuela primaria común y corriente donde tienen un aula especial para el Kotoba. En esta clase por lo general hay pocos chicos, todos extranjeros claro, y las materias son: matemáticas, japonés oral y japonés escrito. Les enseñan las palabras básicas como saludos, agradecimientos, cómo pedir ir al baño, etc. Además de disciplina, como por ejemplo, limpiar el aula luego del almuerzo, que incluye barrer y repasar los escritorios donde comen. El período máximo para estar en esta clase son 3 meses.


Los primeros días el horario era de 8:30 a 12:30 por el período de adaptación, y la siguiente semana ya se quedaban de 8:30 a 14:45, casi como el horario escolar normal. Para el almuerzo tenía que enviarles sí o sí una vianda porque la escuela hace el pedido del servicio de almuerzo 1 vez al mes por la cantidad de chicos que tienen y ellas todavía no estaban en esa lista. Me pareció bien porque eran sus primeros acercamientos a la comida japonesa y prefería que comieran bien para hacer el proceso de adaptación de a poco.


Al principio hubo una relación amor-odio con este espacio y después las nenas no se querían ir más, fue un salvavidas para que no solo aprendieran algo del idioma, sino que también se sintieran incluidas en la comunidad escolar. En este espacio se encuentran con niños de otras nacionalidades (los países de origen de los inmigrantes más comunes son China, India y Vietnam) por lo que las maestras hablan sólo en japonés para no confundir y para que los niños estén obligados a hablarlo para entenderse. Pero Bere y Naty lograron hacerse "amigos" y formaron un lindo vínculo con sus maestras, a pesar de que sólo fueron 1 mes pues sus horarios me perjudicaban mucho mi horario laboral.


Después de eso, ya pueden pasar directamente a una escuela normal (puede ser la misma en un salón de clases estándar u otra escuela). Hay 1 día más corto de adaptación y ya luego van en horario normal.




La lista interminable de útiles escolares - no es tan fácil

Me costó un montón entender que los útiles escolares van más allá de los lápices y cuadernos que piden en Argentina. Desde el famoso randoseru (mochila tradicional japonesa) hasta toallas específicas para cada día, y estuches organizados, la lista de útiles (con fotos y todo para entender de qué se trataba cada cosa) me pareció rarísima.


Para que se entienda mejor, voy a hacer una lista de los útiles más comunes con fotos, así sienten lo mismo que yo cuando me tocó pasar por esto. Primero les paso la tabla y debajo algunas fotos:






Otra cosa interesante es que la municipalidad/escuela le otorga a cada niño una tablet (iPad) con su propio usuario y contraseña para utilizar en clase. Ya posee las aplicaciones necesarias descargadas y además se usa como cuaderno de comunicados a través de una app que le permite a la sensei cargar el horario del día siguiente. Obviamente, la tablet es a modo de préstamo y se debe devolver, con su respectivo cargador, cuando se termina el colegio.


El after-school club - un respiro para padres trabajadores


Para quienes trabajamos, el jido club es un recurso imprescindible. Ahí no solo cuidan a los niños hasta la tarde, sino que también los ayudan con la tarea y organizan actividades recreativas. ¿Cómo funciona y cuánto cuesta?


El tema es así: los niños van a la escuela de 8:30 a 15:00 aproximadamente. Para las familias de padres solteros y/o en las que ambos padres trabajan, se ofrece este club extracurricular donde los niños pueden quedarse hasta la hora que regresan sus padres. El límite son las 18:30 horas. Igualmente, ellos siempre preguntan un horario estimado en el que cada padre pasará a buscar a su hijo.


Además, en Japón es común trabajar los feriados ya que no hay una ley que diga que se pagan extra como Argentina, pero igualmente los feriados no hay escuela. Si los padres trabajan los feriados, como es mi caso, el club ofrece el horario de 7:30 a 18:30 para cuidar de los niños que lo necesiten. En ese caso, cada uno debe llevar su vianda porque el club no tiene comedor.


El club, por lo general se encuentra dentro del mismo predio que la escuela, y no ofrece grandes cosas pero sirve un montón para gente como yo que estoy sola (y vine a trabajar, no me puedo hacer la rata). Los niños pueden jugar, mirar tele, hacer la tarea que haya quedado pendiente, etc. Hay juegos de mesa, cartas, rompecabezas, entre otros. Los profesores que los cuidan también proponen actividades y los niños pueden seguirlos.


En sí, podemos decir que funciona más como una guardería que como algo escolar, a pesar de estar en el mismo predio de la escuela y tener contacto con la misma. La cuota del club sale aproximadamente 5.500 yenes por mes (aprox USD 40).


El sistema de almuerzos - más que comida, educación


Quiero destacar que la hora del almuerzo en las escuelas japonesas es toda una lección de disciplina y trabajo en equipo. Mientras en Argentina estamos acostumbrados a que haya un comedor donde te sirven la comida en las escuelas públicas, o un buffet o kiosco quizás en las escuelas privadas, acá es totalmente distinto. Para empezar, no existe tal ambiente llamado COMEDOR.


La modalidad es así: a la hora de almorzar, los niños voluntarios de cada salón deben juntar unas mesas que están en el pasillo y ponerlas una al lado de la otra. Ahí, el personal de la escuela deja algunas ollas con el menú del día. Los voluntarios del salón se ponen delantal y barbijo, y sirven la comida a sus compañeros.


Cada niño debe llevar su propio de set de cubiertos (tenedor, cuchara y palitos) que te los da la escuela, además de un mantel individual y servilletas. Una vez que tienen el plato servido, se sientan en su escritorio a comer. Al terminar, se juntan todos los platos y cada niño limpia su escritorio (para esto, cada niño lleva también un trapo personal). Algunos voluntarios también se encargan de limpiar y reacomodarlas mesas, además de barrer el aula. Todo esto en el plazo de 1 hora.


Respecto al menú, por lo que me cuentan las nenas, siempre es bastante similar: una opción de sopa, una opción de proteina (pescado o cerdo), una opción de acompañamiento (arroz o pan) y una opción de bebida (té o leche). Fin. No hay postre. De hecho, hay 1 solo día que ofrecen postre que es torta, y es el último día de clases del año en marzo, porque es la torta de graduación de los niños de 6° grado. Así, todo sin mucha emoción.


Si lo vemos de una manera positiva, podemos decir que los niños participan activamente y eso es bueno para desarrollar el concepto de trabajo en equipo y la disciplina. Que sean independientes y que colaboren, que no sean tan vagos. Que no todo está servido. Totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados. De hecho, cuando he comentado toda esta situación a conocidos en Argentina, hubo personas que me dijeron que era "esclavizante". En lo personal, a mí me gusta el sistema.


Disciplina escolar: aprendiendo respeto y responsabilidad


Por último, quiero compartir algunos detalles más para que se entienda el enfoque japonés de disciplina en las escuelas. No sólo se trata de servir la comida y limpiar las aulas, sino que va mucho más allá.


Para empezar, hay que sacarse los zapatos para ingresar a la escuela (como si fuera una casa), y colocarse zapatos de interior o andar descalzos, en su defecto. Cada niño lleva sus propios zapatos y la escuela tiene estantes para que cada niño deje sus zapatos de exterior y se los cambien antes de salir. Es todo tan respetado que cada estante tiene el nombre del niño y nadie toca nada que no le corresponde.


Respecto a esto, también he visto a niños que se acercan con una especie de plumero pequeño y se dedican a limpiar la tierra de estos estantes de los zapatos. Pero eso no sé si es castigo o una tarea real que se le asigna a un niño cada tanto.


Además, cuando la maestra (sensei) ingresa al aula, los niños deben pararse al lado de su escritorio y saludar. Otra cosa: no permiten llevar aritos ni accesorios porque dicen que si se caen y alguien los pisa, se pueden lastimar...


El horario de ingreso - la caminata tradicional


Muchos niños, especialmente en áreas urbanas, caminan hacia la escuela. Dependiendo de la ubicación, pero sobre todo en las áreas urbanas, lo más común es que los niños se organicen en grupos para caminar juntos, y sigan todos la misma ruta hacia la escuela que ya es conocida y segura. No son distancias muy largas y siempre están bajo la supervisión de adultos.


Hay puntos de encuentro para cada grupo donde hay un cartel con el horario límite para reunirse (por ejemplo: el grupo A se junta a la vuelta de mi casa, la tolerancia de espera es hasta las 7:50). Una vez que se reunen todos, hay un líder que es el mayor de todos, que guía al resto por la ruta indicada. En el camino, hay adultos voluntarios o personas de la comunidad que ayudan a cruzar la calle poniéndose en los cruces con una bandera para controlar el tránsito y que puedan pasar. La seguridad es primordial y los mismos padres se organizan para ir un día cada uno.


Al regreso, vuelve el mismo grupo por la misma ruta y cada niño va quedando en su casa, pero en este caso, los adultos no están para ayudar a cruzar la calle. Sin embargo, los conductores respetan mucho esta situación y siempre dejan pasar primero a los niños.




CONCLUSIÓN


La verdad que adaptarse a todos estos mecanismos nuevos son un desafío de todos los días (por ejemplo, yo todavía las acompaño a la escuela a mis hijas a pesar de que vayan con el grupo. Pero así también, cuando me toca tener reuniones o tareas en el trabajo muy temprano, las he dejado ir solas con su grupo y todo bien).


Como madre argentina que vive en el epicentro de la inseguridad, me da MUCHO miedo este sistema. Porque soy de la idea de que siempre hay un loquito que puede causar daño. Pero acá se confía mucho en las personas y se respeta mucho la seguridad de los niños, así que no queda otra que adaptarse.

 
 
 

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